Hasta finales de la década de 1870, el oro y la plata coexistieron como
los metales monetarios más importantes. De hecho, la mayor parte de las
naciones, a
excepción de GBR, disponían o de un sistema bimetálico, como Francia y los
Estados Unidos, o de un patrón plata, como era el caso de los países europeos.
El
bimetalismo establecía una paridad fija entre el oro y la plata y las
monedas de ambos metales fueron habitualmente aceptadas para todas las transacciones, tanto en las nacionales como
en las internacionales.
El patrón oro surgió
a raíz del fracaso del bimetalismo hasta derrumbarse un mes después de la 1ª
GM. Solo Inglaterra fue fiel a este sistema. El patrón oro es un sistema de
tipos de cambio fijos con algunos mecanismos automáticos que ayudan a
equilibrar la balanza de pagos en todos los países. El más importante es el
mecanismo de flujos de especie-precio descubierto en el S XVIII por David Hume.
Keynes ideó las
reglas de juego sobre el patrón oro: relación fija entre la moneda nacional y
el oro, las autoridades económicas debían estar dispuestas a cambiar oro por
moneda y viceversa, y mantener la convertibilidad del oro, y el Banco central
solo creaba dinero cuando compraba oro al público y lo destruía vendiendo oro,
además debía tener oro por un valor igual o más que la cantidad de efectivo en
circulación.
Las entradas de
oro daban lugar a un incremento de oro en las reservas del Banco Central (Superávit),
mientras que las salidas de oro daban lugar a la reducción de oro en las
reservas del Banco Central (déficit).
En 1943, las
negociaciones preparatorias entre el Tesoro británico y el norteamericano sobre el sistema financiero
posterior a la guerra se basaron en los planes preparados por Keynes y White.
La base común de los dos planes era su oposición a los tipos de cambios
flotantes y a las restricciones del comercio competitivo.
La función
primordial del FMI era hacer cumplir las reglas del juego definitivas en
Bretton Woods, el patrón de cambios fijos pero ajustables. El oro ocupa el
papel central y tiene un precio fijo de 35$ la onza de oro fino. Existen dos
monedas de reservas, el dólar y la libra esterlina, y una moneda convertible al
dólar. El resultado fue un sistema monetario jerárquico constituido por el oro,
el dólar
y las demás
monedas, que estaban ligadas al dólar. El oro continuó siendo el patrón
fundamental del valor, de ahí el nombre de Patrón Cambios Oro.
Los objetivos del
Banco Mundial fueron dos: la reconstrucción (desplazado por el Plan Marshal) y
ayuda al desarrollo mediante la concesión de créditos a muy largo plazo.
El acuerdo general
de Aranceles y Comercios (GATT) (mas tarde la organización mundial del
Comercio) propugnaba un comercio internacional multilateral y condenaba las
restricciones cuantitativas del comercio.
Los inconvenientes
del sistema de Bretton Woods fueron los siguientes:
La estabilidad se
referenciaba en el dólar, con lo que si ésta moneda dejaba de ser fiable,
habría una solicitud masiva de conversión en oro, es decir, todo el FMI
dependía de la fortaleza del dólar, y la de este, de la propia fortaleza de la
economía norteamericana y de su balanza de pagos. El patrón de cambios era
asimétrico en dos direcciones: los países con superávit no tenían obligación
de revaluar y EEUU
gozaba del privilegio del poder financiar los desequilibrios con su propia
moneda.
La Paradoja de
Triffin consistía en que EEUU debía incurrir en déficit de balanza de pagos
para permitir el crecimiento de los saldos internacionales en dólares. La
cuestión que se planteó era como EEUU podría garantizar el valor en oro del
dólar, pilar básico del sistema. En 1964 la deuda norteamericana superaba con
creces las reservas de uno de los estadounidenses. En 1971 Nixon decidió poner
fin a la vinculación del dólar con el oro,
el conocido cierre de ventanilla de Nixón y en 1973 se produjo la extinción
oficial del fallido sistema de Bretton Woods.
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